Sabemos que toda mujer quiere sentirse glamorosa durante el embarazo, pero hay ciertas cosas que debes evitar para cuidar tanto tu salud como la de tu bebé, y esto incluye el hecho de usar tacones. Lo que quizá pueda parecer inofensivo, no lo es.
Aquí te explicamos por qué debes evitar los tacones durante el embarazo.
¿Por qué no debo usar tacones durante el embarazo?
Durante el embarazo ocurren muchos cambios en el cuerpo de la mujer: cambios hormonales, aumento de peso y los músculos de los ligamentos se ablandan gracias a un aumento de la hormona llamada relaxina; esto hace que los pies sean mucho más propensos a sufrir esguinces en los tobillos y en los ligamentos.
De esta manera, si utilizas tacones en este periodo de tu vida, además de aumentar las probabilidades de inflamación tanto en piernas como en tobillos, tendrás mayores probabilidades de sufrir una caída, lo cual podría poner en riesgo tu salud y la de tu bebé. Todo esto sin contar la presión adicional que el uso de los tacones genera en rodillas y en la espalda. Estos alteran tu postura y acortan los músculos de la pantorrilla, lo que puede generar dolores musculares y molestias en la zona lumbar.
¿Qué calzado es el más adecuado?
Lo más recomendable es que evites el uso de tacones durante el embarazo. La mejor opción es que utilices zapatos amplios y firmes. Recuerda que, durante el embarazo, tu cuerpo retendrá líquidos y todas las zonas se hincharán. Ten en cuenta esto a la hora de adquirir calzado: elige comodidad.
Puedes usar zapatos que tengan un tacón de tres centímetros de altura que ofrezcan apoyo al pie y, si debes usar zapatos con tacones, procura que sea únicamente en ocasiones especiales que no exijan que estés mucho tiempo de pie y que no sean de tacón muy alto.
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