La dislexia no es un asunto grave, pero deben tomarse medidas. La dislexia es un síndrome que se distingue por la dificultad para la distinguir y memorizar letras o grupos de letras, colocarlas en el orden correcto la mala estructuración de frases, entre otras.Este problema puede desembocar en la falta de atención del niño, que debido al esfuerzo extra que debe hacer para superar esos problemas acaba fatigado. Esta es la causa de que a la hora de enseñarles a leer o escribir el niño no preste interés, ya que le cuesta mucho trabajo y no le resulta agradable.
Desinterés en el colegio
Si además el niño no tiene la suficiente estimulación por parte de padres y profesores, lo que se conseguirá es que tenga muy poco interés por las tareas escolares. Esto repercutirá negativamente en el desarrollo escolar del pequeño y obtendrá malas notas, llegando incluso al fracaso escolar.Este problema además le genera grandes dosis de inseguridad y falta de a la hora de reaccionar. Pero por otro lado, para defenderse de estos problemas establece un mecanismo de vanidad y defiende sus argumentos a capa y espada. Para los padres resulta más sencillo descubrir que su hijo es disléxico en el momento en el que el pequeño comienza la escuela, cuando empieza con las tareas básicas de lectura y escritura.
Dependiendo de la edad del niño, la dislexia presenta tres niveles de evolución. Esto quiere decir que aunque el niño supere los problemas del primer nivel, rápidamente tendrá que enfrentarse a los que le supone el siguiente. La dislexia es un problema que tiene solución, con terapias y ayuda de profesionales el niño puede tener un desarrollo normal y una educación como la del resto de los niños.
Entre los 4 y los 6 años
El niño se encuentra en la etapa preescolar, por lo que el problema de la lectura y de la escritura no están especialmente desarrollados. Las alteraciones se muestran en el área del lenguaje, entre ellas:
- Eliminación de fonemas, por parte del niño, como por ejemplo “e coche” por ” el coche”.
- Desorden de fonemas, por ejemplo “name” por “dame”.
- Vocabulario pobre y dificultad en la forma de expresarse.
- Modificación en el orden de los fonemas dentro de una sílaba o palabra, como por ejemplo: “pardo” por “prado”.
Entre los 6 y los 9 años
Aquí el niño ya tiene mayor acercamiento a la lectura y la escritura y por tanto ya debería manejarlas con fluidez. Entre las alteraciones que se muestran las más habituales son:
- Confusiones en las letras que tienen una similitud tanto en su forma como en su sonido, por ejemplo: “d” por “b”; “p” por “q” etc.
- Problemas a la hora de aprender nuevas palabras.Pero nada que no pueda solucionarse con la ayuda de un buen profesional.