Tu hijo muchas veces hace cosas que no debe hacer, eso es muy cierto; pero como padres en muchísimas ocasiones les prohíbes cosas que no debes. Para ello debes ser muy claro en fijar las reglas de comportamiento, haciendo participe a tu hijo en la formulación de las mismas.
Nunca debes prohibir simplemente porque si, de acuerdo a tu humor, es necesario que te preguntes antes de prohibirle algo a tu hijo si realmente esto es malo para él, por qué es malo o si es malo para ti, si eso le hace daño a su correcto desarrollo o le hace daño a quienes están a su alrededor. Si no hay una razón de peso no prohíbas. Es claro que no puede dañarte tus cosas y eso debes prohibírselo, pero también es cierto que no puede prohibirle que no destruya las cosas que le pertenecen. Simplemente porque esas son sus cosas y él tiene derecho a hacerlo pero tú también tienes derecho a no reponerlas, si el daño fue hecho por tu hijo de forma intencional. Tu hijo tiene derecho de gritar cuando quiera, siempre y cuando no afecte lo que estés haciendo, ya sea leyendo o si estás enferma.
Por eso antes de decidir eliminar alguna conducta equivocada de tu niño, debes definir si realmente es conveniente para él o para los otros, incluso para ti. Por eso es de suma importancia antes de castigar, pregúntate si verdaderamente es tan malo lo que tu hijo hace.
“Te voy a pegar…”
Muchas veces utilizas esta frase “Te voy a pegar”, escudándote en el hecho de que es muy desobediente, entonces dices ya que no vas aprender por las buenas lo harás por las malas. El castigo físico no es una solución y bajo ninguna circunstancia debes pegarle a tu hijo, ya que pegarle a tu hijo es vulnerar su integridad física, ejerciendo de manera desventajosa tu fuerza física para reprenderle. Existen otras formas de castigar que no requieren pegarle a tu hijo, el maltrato físico no se lo debes dar bajo ninguna. Además que no ganarás nada con ello, ya que mientras más le pegues el castigo tendrá menos efectividad, siendo un problema más moral y menos efectivo; generándole problemas emocionales y bastante serios a tu hijo por ser castigado de una forma tan dura. Tu hijo creerá que no lo amas, haciendo las cosas más por temor a ti que entendiendo la razón del castigo, generándole conflictos emocionales al no entender porque tu quien lo ama tanto le trata de esa manera, los golpes no solucionan nada.
En momentos de ira y que estés descontrolado no debes castigarle, primero tranquilízate y verás que ni si quiera te pasará por la mente el pegarle, pensando mejor las cosas encontraras la manera adecuada de reprenderle por su conducta inadecuada.
Sabiendo que no debes pegarle a tu hijo, y aún así lo haces, lo mejor será que consultes con algún especialista, será lo más beneficioso para ti y principalmente para tu hijo. Nunca lo golpees, busca formas positivas de corregir la conducta.
Mayor ganancia el lograr que tu hijo repare el daño
En lo posible debes lograr que el niño repare el daño hecho: limpiar el jugo que derramo, arreglar el juguete que dañó. Para que el castigo sea efectivo debe hacerlo en el mismo momento de la acción, asegurándote de que tu hijo comprenda la razón del castigo. Puedes permitirle que el mismo elija el castigo a recibir, esto porque realmente los niños suelen ser más severos con ellos mismos de lo que tú podrías serlo con él, debes buscar siempre un castigo en algo que voluntariamente tu hijo no haría.
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